Raquel Ruiz Magro. – Los divorcios en España siguen en aumento año tras año, siendo nuestro país el segundo de la Unión Europea con mayor tasa de divorcios (http://www.ine.es/prensa/ensd_2016.pdf).

En la época actual, en parejas rotas, cada vez es más frecuente que cualquier toma de decisiones se convierta en motivo de conflicto. Tanto así, que asuntos como el corte de pelo de los hijos, la celebración o no de la comunión, el banquete de esta…, sean decisiones que tienen que ser tomadas por un juez.

Esta situación provoca un colapso de los Juzgados, que se ven sobrepasados por estos asuntos, retrasando así otros de mayor urgencia y gravedad. Por ello, tras un estudio por parte de los cinco jueces de familia de Valencia (en el que han detectado alrededor de 100 casos de parejas que habitualmente judicializan todas sus decisiones), se ha puesto en marcha la figura del “coordinador de parentalidad”.

Pedro Viguer, juez decano de Valencia desde 2007, ha sido el encargado de poner en marcha esta experiencia piloto. El magistrado ha desarrollado dicha figura junto con el personal del gabinete psicosocial del Instituto de Medicina Legal y un equipo de psicólogos y trabajadores sociales.

El coordinador tiene como función principal la de pacificar las relaciones conflictivas de familia que afectan a menores, acompañando a las familias desde que la sentencia de divorcio es firme y dándoles herramientas a los padres y madres para desarrollar sus habilidades parentales, evitando así las disputas judiciales.

Por todo ello, y tras varios estudios para la valoración de resultados de esta experiencia piloto, se ha visto que en la mayoría de los casos decisiones cómo corte de pelo de los hijos, cambios de colegio, tratamientos médicos… han sido resueltos satisfactoriamente por el coordinador de parentalidad (denominado “coach familiar” por el magistrado de la Audiencia de Barcelona, Pascual Ortuño).